La tendinitis se caracteriza por la inflamación de los tendones.

La tendinitis es una afección común causada por la inflamación de un tendón. Los tendones unen el músculo al hueso y son un tejido fibroso y flexible. Cuando un músculo se contrae, tira del hueso transmitiendo la fuerza a través del tendón, haciendo que la articulación se mueva. La tendinitis suele estar causada por un uso excesivo, sobre todo si las personas se mueven demasiado rápido en un programa de ejercicios. El tendón no ha sido preparado para el nuevo nivel de actividad y reacciona con inflamación.

El envejecimiento modifica la integridad de los tendones

La respuesta normal de un tendón al envejecimiento es la pérdida de elasticidad y la capacidad de deslizarse fácilmente. Por ello, las personas son más susceptibles de sufrir tendinitis a medida que envejecen. Los expertos creen que estos cambios relacionados con la edad pueden deberse a alteraciones en el suministro de sangre al tejido afectado y a la consiguiente reducción de la nutrición de los tendones en proceso de curación.

La cirugía para la tendinitis suele ser el último recurso

El tratamiento conservador es el más utilizado para tratar la tendinitis. El aspecto más importante del tratamiento no invasivo es el reposo, que es esencial para evitar que se vuelva a agravar la zona inflamada. Es posible que se recomiende una férula o un corsé para ayudar a proteger la zona y para recordarle que debe resistir el tendón durante las actividades diarias normales. Además, se suele utilizar hielo y medicamentos antiinflamatorios para ayudar a reducir la hinchazón y disminuir la inflamación. Si las técnicas conservadoras y no invasivas mencionadas anteriormente no eliminan o minimizan los síntomas, una inyección de cortisona puede ser su siguiente opción de tratamiento. La cortisona es un medicamento antiinflamatorio muy potente que el médico inyecta directamente en el lugar de la inflamación. Debido al riesgo de rotura del tendón, el médico puede no recomendar una inyección en el tendón de Aquiles (talón) o en el mismo sitio más de una vez.

Los casos graves pueden requerir cirugía.

La cirugía para la tendinitis es el último recurso y suele reservarse para quienes tienen un dolor intenso o una movilidad limitada. Se puede recomendar la cirugía para los desgarros de tendones, la rotura de tendones y los espolones óseos. Un espolón óseo puede rozar el tendón, causando inflamación, irritación y potencialmente desgarro del tendón. El cirujano debe extirpar el espolón óseo y es posible que también tenga que reparar el tejido si se ha dañado. En la mayoría de los casos, la zona tendrá que ser inmovilizada después de la operación y será necesario un periodo de rehabilitación estructurada para recuperar toda la flexibilidad, fuerza y amplitud de movimiento.

Hay dos tipos principales de cirugía de tendinitis

La cirugía de la tendinitis puede realizarse mediante cirugía artroscópica o cirugía abierta. Un procedimiento artroscópico es menos invasivo y permite reparar el tendón a través de pequeñas incisiones. Por el contrario, los procedimientos quirúrgicos abiertos son mucho más invasivos y probablemente sean necesarios en el caso de los tendones completamente rotos.

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