Es importante que los profesores, los empresarios y los líderes de otros entornos comprendan los cinco tipos principales de motivación humana. Una combinación de motivación intrínseca y factores reguladores externos anima a los individuos a ser autosuficientes, lo que aumenta su autoestima y su sensación general de bienestar. Los estudiantes y los empleados que se sienten seguros de sí mismos y capacitados tienen más probabilidades de rendir más y lograr más que sus homólogos menos positivos.

Motivación intrínseca

La motivación intrínseca se inspira únicamente en el interés y el placer que una persona encuentra en una actividad. Por ejemplo, si una persona se siente motivada para jugar al fútbol y su motivación proviene de la alegría de jugar, no de la promesa de un premio u otra influencia, entonces su motivación es intrínseca. La motivación intrínseca fomenta la creatividad y el aprendizaje de calidad. También fomenta la sensación de autonomía, ya que el individuo actúa por interés propio y nada más. Las aficiones suelen tener una motivación intrínseca porque las personas las realizan por interés y placer, lo que no suele ocurrir con las actividades escolares o laborales.

Regulación externa

Las personas están motivadas por la regulación externa debido a una influencia externa que actúa. Si un individuo realiza un comportamiento para obtener una recompensa proporcionada externamente, entonces su comportamiento está regulado externamente. Por ejemplo, si una persona acude a la feria de ciencias porque quiere ganar un cheque regalo para un restaurante, no está actuando en función de su interés personal, sino del deseo de obtener la recompensa. La motivación externa se utiliza a menudo para animar a los empleados o a los estudiantes a participar en un comportamiento que deben realizar pero que no les interesa realmente; de este modo, aunque no deseen realizar el comportamiento, lo hacen para obtener la recompensa.

Regulación inyectada

La regulación introyectada es la motivación de una voz interiorizada que presiona. La fuente de motivación de un comportamiento es la culpa, la preocupación o la vergüenza. La regulación introyectada motiva a un individuo a realizar un comportamiento no porque quiera, sino porque teme no hacerlo por un sentimiento de obligación. Un ejemplo de regulación introyectada es el de una persona que va a la iglesia todos los domingos porque teme un efecto negativo en el más allá o la reacción negativa de sus compañeros en un acto religioso; no encuentra necesariamente placer en el servicio en sí. Evita esta forma de motivación en la medida de lo posible, ya que fomenta la ansiedad. Al sucumbir a esta forma de motivación, es difícil que los individuos se sientan positivos y confiados en sus acciones.

Regulación identificada

Si una persona se ha identificado personalmente con la importancia de un comportamiento y lo ha aceptado como una regulación adecuada porque le ayuda a conseguir un objetivo, está motivada por la regulación identificada. Con esta forma de motivación, el individuo no necesita encontrar placer en el comportamiento, y no hay necesidad de una recompensa inmediata. La persona tampoco está motivada por la culpa o la vergüenza: Simplemente reconocen que un comportamiento es beneficioso para su desarrollo y lo adoptan como propio.

Por ejemplo, una persona puede reconocer que el estudio de la gramática en la clase de inglés es una forma importante de convertirse en un escritor de éxito. Se trata de una subcategoría de la motivación externa que es más autodeterminada y personal que la regulación externa: La regulación externa puede tener como objetivo una recompensa positiva más inmediata, mientras que la regulación identificada se utiliza para lograr un fin que afecta al bienestar y los deseos personales del individuo.

Regulación integrada

La regulación integrada es una forma de motivación que surge cuando una persona ha integrado plenamente una motivación en su interior. Su comportamiento se ve influido por la regulación integrada cuando se autoexamina, luego interioriza y asimila las razones de una acción. Ha explorado cuidadosamente las motivaciones externas y ha decidido que son coherentes con sus otras creencias y valores personales. Un ejemplo de regulación integrada como motivación sería el de una persona que va a la iglesia porque cree que este acto se alinea con su sistema personal de creencias, aunque no vaya sólo por el hecho de hacerlo. No se sienten culpables o avergonzados si no van, van porque creen que es lo correcto y adecuado para ellos.

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