Cuando las vías respiratorias no están completamente abiertas, la respiración puede resultar difícil. Las personas con asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) suelen experimentar este problema cuando las vías respiratorias inflamadas se estrechan durante el broncoespasmo. Los músculos lisos se contraen durante un ataque, lo que dificulta la salida del aire. Mantener las vías respiratorias abiertas permite que el aire entre y salga de los pulmones con mayor facilidad, lo que también ayuda a prevenir la fatiga. Fortalecer el diafragma mediante un ejercicio de reentrenamiento respiratorio puede ayudar a mantener las vías respiratorias despejadas.

Realiza un ejercicio de respiración que te ayude a eliminar el aire viciado de tus pulmones y a que entre más aire fresco. Como el diafragma es un músculo, ejercitarlo ayudará a mantener las vías respiratorias abiertas durante más tiempo al exhalar.

Siéntese en una silla o póngase de pie con la espalda y las rodillas ligeramente dobladas. Coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen.

Respira por la nariz mientras relajas los músculos abdominales. Siente cómo se contrae el diafragma y se expande el abdomen. Asegúrate de que tu pecho apenas se mueve. Esto se llama respiración diafragmática.

Aprieta los labios al exhalar, como si estuvieras silbando. Esto ejerce presión sobre las vías respiratorias y las ayuda a mantenerse abiertas. Exhala lentamente, tardando el doble de tiempo que cuando inhalaste. Visualiza tus pulmones abriéndose y cerrándose al inspirar. Esta técnica ayuda a relajar y abrir las vías respiratorias.

Consejos

Toser para eliminar la mucosidad de los pulmones también puede ayudar a abrir las vías respiratorias. Bebe una taza de café. La cafeína imita el efecto de la teofilina, un medicamento para el asma que ayuda a abrir las vías respiratorias.

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