• Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Natación
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

Los nadadores adultos que no saben nadar deben aprender. Nunca se sabe cuándo se pondrá uno en una situación en la que la natación pueda salvar su vida o la de otra persona. La mayoría de los adultos que no saben nadar puede que nunca hayan aprendido por miedo. Si este es el caso, pide a tus amigos y familiares que te animen a dar el paso y aprender a nadar.

No apresures el proceso. Empieza poco a poco vadeando en la parte poco profunda y acostumbrándote al agua. El Aiken Standard da algunos buenos consejos sobre cómo aclimatar a los niños al agua, que también pueden aplicarse a los adultos. Una de ellas es centrarse en actividades con las que te sientas cómodo.

Aprende a caminar sobre el agua primero. Una vez que aprendas a mantenerte a flote, el resto de las habilidades vendrán con la práctica. Utilice un dispositivo de flotación como una tabla, una cámara de aire o un dispositivo personal de flotación (PFD) para acostumbrarse a la sensación de flotar. El paso por el agua consiste en agitar los brazos y dar patadas con las piernas mientras se está de pie en posición perpendicular en el agua (mira el vídeo de YouTube para ver la técnica).

Aprende a flotar de espaldas y de frente. La flotación es otra técnica de natación de emergencia. Puede mantenerte erguido sin consumir la misma cantidad de energía que al flotar. Lo primero que hay que hacer es aprender a relajarse, según un artículo de iSport.com. Primero utiliza un dispositivo de flotación, luego quítalo y comprueba si puedes mantenerte a flote de espaldas. Respira profundamente y mira al cielo. Apoya tu peso en los omóplatos e inclina la cabeza hacia atrás como si fuera una almohada. Si las piernas se hunden, coloca los brazos sobre la cabeza para crear más equilibrio. Da una patada muy ligera con las piernas y empuja el estómago hacia arriba en el agua para mantener la flotabilidad.

Aprende a aguantar la respiración y a nadar bajo el agua. Swim-teach recomienda tomárselo con calma, ya que este es el aspecto más aterrador del aprendizaje para la mayoría. Empieza por echarte agua en la cara. Luego, vaya a la mitad del agua hasta que se sienta cómodo con la inmersión total. Esta es una técnica que también se puede practicar en la bañera de casa. Al mismo tiempo, mejora tu capacidad de aguantar la respiración practicándola también. Cronometra el tiempo que puedes estar sin respirar utilizando un cronómetro.

Inscríbase en un curso local en el distrito de parques. Habla con el tutor o el instructor y asegúrate de que satisfacen tus necesidades. Si eres hidrófobo, a veces hay cursos de natación que pretenden solucionar estos miedos. Estos programas funcionan como talleres y, al mismo tiempo, alivian el miedo de la gente al agua mediante programas combinados con instrucción real en el agua.

Consejos

Otra opción para apuntarse a un curso es crear un anuncio en Internet para encontrar un profesor de natación.

Pide a un amigo que te observe cuando intentes nadar por primera vez. Pueden poner sus brazos debajo de ti y apoyarte si te hundes. Asegúrate de que el observador que utilices sea alguien amable y paciente, o mejor aún, alguien que pueda enseñar a nadar a otros.

Entienda que no saber nadar no es algo de lo que deba avergonzarse. Muchos adultos no intentan aprender porque se avergüenzan de su discapacidad.

Deja una respuesta