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Como la mayoría de los patinadores saben, el diseño y los materiales de un monopatín no están diseñados para repeler el agua. Una tabla que se deja en la lluvia, se tira a la piscina o se limpia con una manguera probablemente nunca volverá a ser la misma. Si crees que tu tabla está empapada de agua, lo sabrás por el aspecto, el tacto y el sonido que hace cuando intentas montarla.

Lleva tu tabla a una calle tranquila, haz unos cuantos ollies y escucha el “chasquido” que hace una tabla no empapada. El sonido debe ser nítido y claro. Una tabla encharcada sonará como si arrastrara un cartón al levantarla, y el sonido será sordo. También puede hacer un sonido de “tabla chirriante”.

Busque una distorsión o hendidura en la cubierta. Utilice un nivel para comprobar si la cubierta está recta. Examine la cinta para ver si está deshilachada, pelada o descolorida.

Preste atención al estado de la madera. Los signos de encharcamiento incluyen astillamientos y roturas. Si la cola pierde su adherencia, las siete capas pueden agrietarse y la tabla puede partirse en dos.

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