Hay muy pocas reglas cuando se trata de yoga, y esto incluye la cantidad de tiempo que se pasa practicando cada sesión. Una clase estándar suele durar 60 minutos, y algunas prácticas duran 90 minutos o más. Sin embargo, las clases exprés de 30 o 45 minutos suelen ser ofrecidas por estudios y centros de trabajo que ofrecen clases de bienestar a sus empleados.

Si sólo tienes 20, 10 o incluso 5 minutos, puedes hacer una sesión de yoga. Se pueden encontrar ejercicios en línea de esta duración, o tal vez practicar tú mismo algunos saludos al sol, el clásico calentamiento energético de muchas rutinas de yoga.

La gama es amplia

Si estás pensando en asistir a una clase en un estudio de yoga o en otro centro de fitness, lo mejor es que consultes con el centro para saber cuánto tiempo durará el entrenamiento. Suele figurar en el programa, pero una rápida llamada le dará toda la información que necesita.

Una típica clase occidental está diseñada para caber en una hora, pero el yoga no siempre fue diseñado para ser presentado en este formato. Una verdadera clase de Ashtanga al estilo de Mysore, en la que se practica a su propio ritmo en un entorno de grupo, puede durar 90 minutos, o hasta 3 horas si se dedica un tiempo extra a perfeccionar posturas específicas.

Una clase de yoga caliente al estilo Bikram, que consiste en 26 posturas específicas en una sala a 105 grados, dura 90 minutos, pero algunos estudios (que no tienen licencia “Bikram”) pueden ofrecer una clase de yoga caliente de sólo 60 minutos.

Haz lo que puedas

Comprometerse con una clase de una hora al menos dos veces por semana le ayudará a progresar y le aportará beneficios como una mayor flexibilidad y claridad mental. Pero si no puedes asistir a una clase de una hora o más, o si te genera más estrés que beneficio, busca otras opciones.

Algunos estudios y gimnasios pueden ofrecer opciones exprés para ajustarse a una agenda apretada. Estas sesiones más cortas pueden insertarse, por ejemplo, a la hora del almuerzo. Sus clases de 30 o 45 minutos pueden estar diseñadas para combinar posturas de pie y sentadas en un estilo Hatha suave, o incluso dedicarse exclusivamente al rejuvenecimiento y la relajación en una práctica restaurativa.

Sé creativo en cuanto al lugar donde practicas el yoga.

Si no es posible ir a un estudio, el yoga sigue siendo posible. Cuando te despiertes por la mañana, haz 10 respiraciones en algunas posturas suaves, como la montaña, la flexión hacia delante y el Guerrero I para dar energía al cuerpo adormecido. Relaja la columna vertebral dolorida con la Postura del Niño, la Cobra y la Zancada Arrodillada. Muchos estudios y sitios web ofrecen vídeos de yoga de distinta duración, desde unos minutos hasta varias horas.

Algunos practicantes experimentados descubren que sólo 20 minutos al día, cuando no tienen tiempo para una sesión más larga, les mantiene ágiles y fuertes. Incluso si no puedes asistir a una clase formal, verás los beneficios. A 2012 estudiar publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine descubrió que las personas que practicaban regularmente yoga en casa tenían mayores beneficios para la salud que las que preferían practicarlo al aire libre. Estos beneficios incluían un mejor sueño, atención plena, bienestar percibido e índice de masa corporal.

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