El esquí requiere equilibrio y control, lo que puede suponer un gran esfuerzo para tus músculos y articulaciones. La posición básica para el esquí alpino es un tobillo parcialmente doblado. Los esquiadores que no están acostumbrados a esta posición o que van más allá de los límites de su cuerpo pueden experimentar dolor en el tobillo después de esquiar. Este es un problema común después de esquiar que es menor y temporal para la mayoría de los esquiadores. Las personas con dolor intenso en el tobillo deben buscar atención médica.

Función del tobillo

La articulación del tobillo puede ser pequeña, pero debe ser fuerte para soportar el peso de su cuerpo en todo momento cuando está de pie, camina o realiza casi cualquier otro tipo de movimiento. El tobillo desempeña un papel crucial en el ejercicio de equilibrio que hay que realizar al esquiar. Esta pequeña articulación se flexiona, se extiende y pivota para permitirle avanzar, retroceder y desplazarse lateralmente en las pistas. El calentamiento con una corta caminata, un trote o una serie de saltos aflojará el tobillo para que pueda hacer su trabajo sin problemas al esquiar. Hacer equilibrio en una tabla de windsurf durante dos o tres minutos varias veces a la semana también puede mejorar el equilibrio y prevenir el dolor de tobillo.

Fortalecimiento de los músculos

Fortalecer los tobillos, o más concretamente los músculos y otros tejidos blandos que soportan las articulaciones del tobillo, puede mejorar el equilibrio y minimizar las molestias después de un día de esquí. En primer lugar, realice ejercicios de rotación y flexión sencillos para aumentar su rango de movimiento y flexibilidad. Apunta los dedos de los pies y gira los tobillos en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido contrario. Gire durante 15 segundos en cada dirección. Fortalecer la articulación con ejercicios de flexión. Dobla los dedos de los pies hacia arriba como si intentaras coger una toalla o una canica con el pie. Utiliza puntales reales si te ayuda a trabajar los músculos adecuados, haciendo 10 repeticiones. Por último, un estiramiento de las pantorrillas en la pared no sólo estira la parte inferior de la pierna, sino que también fortalece y estabiliza los tobillos para evitar el dolor después de esquiar. Colóquese frente a una pared con las palmas de las manos tocando la superficie. Coloca los pies de manera que un pie esté unos centímetros por delante del otro. Manteniendo la pierna trasera recta y la delantera doblada, empuja contra la pared. Debería sentir un estiramiento en la pantorrilla trasera. Mantenga esta posición durante al menos 15 segundos.

Ajuste correcto de los zapatos

El dolor de tobillo relacionado con el esquí no se debe necesariamente a la debilidad de los tobillos o a un mal equilibrio, sino simplemente a una bota que no se ajusta correctamente. La finalidad de las botas de esquí es sujetar el tobillo y permitir que los tobillos se flexionen correctamente. No siempre es fácil encontrar la combinación adecuada en una bota. En general, los esquiadores inexpertos se desenvuelven mejor con botas más blandas y flexibles, que les permiten mover el tobillo sin forzar los músculos. Los esquiadores más experimentados suelen tener el equilibrio, la coordinación y el acondicionamiento necesarios para llevar una bota más rígida sin repercusiones. Sin embargo, pruebe una variedad de botas, incluidas las de flexión ajustable, hasta que encuentre un estilo que le resulte cómodo.

Gestión de las lesiones

Las lesiones de tobillo son comunes entre los esquiadores, los practicantes de snowboard y los atletas que participan en otros deportes de nieve. Las roturas de ligamentos y tendones, las distensiones y los tirones musculares forman parte de la vida cotidiana. Las lesiones que no mejoran en unos días con hielo, reposo y analgésicos de venta libre como el ibuprofeno y el paracetamol pueden requerir más atención médica. Acude al médico si el dolor es intenso o si no puedes soportar el peso del tobillo.

Deja una respuesta