El yoga consiste en estirarse, relajarse y estar en sintonía con el cuerpo, pero es difícil hacerlo cuando los músculos tiemblan y las articulaciones gimen por mantener esas posturas demasiado tiempo. Sin embargo, hacer yoga en el agua es una historia diferente.

La flotabilidad del agua elimina el peso de las articulaciones. Como resultado, las poses que parecían tan difíciles en tierra son mucho más fáciles en el agua. Como ventaja, será mucho más fácil mantenerse erguido, incluso si te cuesta mantener el equilibrio cuando estás seco.

Prueba unas cuantas posturas de yoga en el agua y descubrirás que la práctica acuática potenciará tus habilidades de yoga en tu próxima clase en el estudio.

Postura del Guerrero II

Esta clásica postura en tierra será mucho más fácil de hacer cuando estés en el agua. Para ello, separa los pies a la altura de la cadera y gira el pie derecho para que quede orientado hacia delante. Levanta los brazos de manera que queden perpendiculares al cuerpo, a la altura de los hombros. Inclínate hacia la derecha, doblando la rodilla derecha pero asegurándote de que no sobrepasa los dedos del pie. Introduce las caderas en el agua de forma que el muslo derecho quede paralelo al fondo de la piscina. Trabaja tu núcleo y sigue respirando.

Para una versión de esta postura que se adapte a la piscina, prueba el Guerrero fluido. Mientras estás en el Guerrero II, suelta los brazos de su posición rígida y deja que se hundan como algas.

Postura del barco

Con la ayuda de los fideos de piscina, esta postura bastante difícil porque mucho más fácil en el agua. Coloca estos fideos a lo largo a cada lado de ti; estira las piernas delante de ti. Empuja los fideos hacia abajo en el agua, involucra tu cuerpo y levanta las piernas, tratando de acercarte a la postura en “V”. El agua puede sostener tus piernas, pero tu núcleo debe mantenerte estable.

Parada de manos sobre los dedos gordos del pie

Esta postura requiere mucha flexibilidad en tierra, pero la flotabilidad del agua te ayudará a mantener la pierna extendida a flote. Colócate en el borde de la piscina, agarrándote a ella para mantener la estabilidad. Levante la pierna exterior, doblando la rodilla hacia el pecho. A continuación, agarra el dedo gordo del pie y endereza la pierna todo lo posible. Una vez que te sientas estable, gira la pierna hacia afuera, tratando de hacerla perpendicular a tu cuerpo. Sin embargo, deténgase en cuanto empiece a sentir molestias. Si estás preparado, suéltate de la pared e intenta mantener el equilibrio. Suelta y repite en el otro lado.

Un fideo ayuda a soportar el peso del cuerpo en la piscina.

Savasana flotante

Todas las clases de yoga terminan con Savasana, y tu sesión de piscina no debería ser diferente. Déjate llevar, túmbate y flota en el agua todo el tiempo que quieras para relajarte. Si te resulta difícil flotar por ti mismo, pon un fideo de piscina bajo tu espalda para mantenerte a flote.

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