Un nervio pinzado en el cuello suele estar causado por un punto gatillo que “envía” el dolor a otra parte del cuerpo. Unos sencillos ejercicios fortalecerán los músculos del cuello, los hombros y la parte superior de la espalda.

Tratar el dolor

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Una mañana, al levantarse de la cama, siente un dolor agudo en el cuello, acompañado de una sensación de ardor que sube hasta la cabeza y baja hasta el hombro, el brazo y posiblemente la muñeca y la mano.

El dolor te deja sin fuerzas y, sean cuales sean tus obligaciones ese día y quizás el siguiente, descubres que el descanso prolongado es tu única opción. El médico ordena una radiografía y posiblemente una resonancia magnética, prescribe medicación antiinflamatoria y luego le dice que siga descansando.

Aunque un nervio pinzado puede estar causado por algo más grave, como una hernia discal (que se sale de su sitio) o un espolón artrítico, el libro “Myofascial Pain and Dysfunction: The Trigger Point Manual” sugiere que los puntos gatillo que “envían” el dolor desde la parte superior de la espalda y los hombros hasta el cuello son la causa más común de dolor. Fortalecer estos músculos y los del cuello ayudará a sostener mejor la columna vertebral y a reducir futuras lesiones.

Fortalecer la espalda y el cuello

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Los fisioterapeutas y quiroprácticos utilizan una serie de estiramientos que pueden marcar la diferencia. Algunos prescriben la tracción además de los estiramientos para aliviar los discos compactados. Cada lesión es ligeramente diferente y afecta a distintos músculos, pero aquí tienes algunos ejercicios que puedes hacer en casa:

  1. Ejercicio de amplitud de movimiento – flexión lateral – Siéntese en una silla con el cuello, los hombros y el tronco rectos. – Incline lentamente la cabeza hacia el hombro derecho y luego hacia el izquierdo, acercándose al punto de dolor. – No gire la cabeza durante la inclinación y no levante el hombro hacia la cabeza. – Relájate y repite el ejercicio.

  2. Ejercicio de estiramiento – elevación de los omóplatos – Siéntate en una silla. – Coloca las manos detrás de la cabeza. – Mueva suavemente la barbilla hacia el pecho mientras gira lentamente hacia la derecha. – Mantén esta posición durante 10 segundos y suéltala. – Repita el ejercicio para el lado izquierdo. – Relájate y repite.

  3. Fortalecimiento de los músculos trapecios y elevadores de la escápula – Túmbese de espaldas con las rodillas dobladas y las plantas de los pies en el suelo. – Aprieta los omóplatos. El cuello, aunque relajado, debe estar ligeramente arqueado hacia atrás y los músculos de la parte superior de los hombros (trapecio superior) también deben estar relajados. – Relaja los omóplatos. – Relájate y repite.

Haz cada uno de estos ejercicios en series de 10 como puedas. Ten cuidado de no forzarte demasiado al principio, ya que esto puede provocar más lesiones. Comienza lentamente y aumenta el número de series según tus posibilidades. Para obtener los mejores resultados, consulte a un fisioterapeuta o quiropráctico que pueda diagnosticar su problema de cuello en particular.

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