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Los nadadores aeróbicos suelen tener una vida más sana y larga que los que no hacen ejercicio. La natación es sólo un método de actividad acuática que se puede realizar en cualquier tipo de piscina, incluidos los modelos tradicionales enterrados o las piscinas elevadas menos costosas. Comprenda cómo el ejercicio acuático en su piscina puede contribuir a su estado físico para asegurar su bienestar. Obtenga el permiso de su médico antes de comenzar cualquier régimen de ejercicio.

Nadar y mejorar la salud

La natación es un método popular de ejercicio aeróbico que se puede realizar eficazmente en las piscinas elevadas. Aunque no puedas sumergirte -ya que las piscinas elevadas suelen ser menos profundas que las tradicionales-, tu capacidad para nadar a un ritmo que aumente tu respiración y tu ritmo cardíaco no se verá comprometida. Según la biblioteca médica de los Manuales Merck, la natación a un ritmo moderado hace trabajar todo el cuerpo y es ideal para las personas con debilidad articular o muscular. Al nadar hasta 30 minutos la mayoría de los días de la semana, tu cuerpo también se ve recompensado con un menor riesgo de gripe o infarto, así como de enfermedades como la obesidad y el cáncer.

Caminar por el agua

Las piscinas elevadas son ideales para la marcha acuática, un tipo de aeróbic acuático que requiere un movimiento continuo en el agua a la altura de la cintura o los hombros. Este ejercicio es ideal para las personas mayores con problemas de equilibrio, ya que el agua elimina el riesgo de caída contra el suelo duro. Da un paso dentro del agua, manteniéndote erguido con los hombros hacia atrás. Da un paso adelante y coloca todo el pie -no los dedos- en el fondo de la piscina. Deja que el talón toque el suelo primero, seguido de la planta del pie. Reduzca el riesgo de lesiones en la espalda tensando los músculos de la espalda y el estómago mientras se mueve. Algunas personas caminan en el agua hacia atrás o de lado. Añade un poco de desafío a tu ejercicio levantando las rodillas lo más alto posible con cada paso.

Halterofilia acuática

Las mancuernas de espuma, a menudo llamadas pesas de agua, ofrecen resistencia a los músculos de la misma manera que las mancuernas normales. Realiza un ejercicio de brazos poniéndote de pie en una piscina sobre el suelo con los brazos a los lados. Agarra las pesas con las palmas hacia arriba. Eleva los antebrazos hasta la superficie del agua con las muñecas rectas y los codos pegados al cuerpo. Gira las mancuernas de manera que las palmas de las manos estén orientadas hacia el fondo de la piscina. Baja las manos hasta que los brazos estén rectos. Haz de 12 a 15 repeticiones.

Rutina de fortalecimiento de piernas

Las piscinas elevadas son un lugar ideal para realizar ejercicios acuáticos que fortalecen los músculos de las piernas. Comienza un ejercicio de piernas atando un fideo alrededor del pie. Colócate de forma que tu espalda esté en el borde de la piscina. Coloca los brazos en el borde de la piscina para mantener la estabilidad. Extiende la pierna hacia la parte delantera del cuerpo y luego dobla la rodilla a 90 grados. Vuelva a la posición inicial y repita hasta 15 veces antes de pasar al otro pie.

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