• Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Cardio
  • Tiempo de lectura:3 minutos de lectura

Los zapatos ortopédicos para caminar son utilizados por personas que han sufrido una lesión en el pie, el tobillo o la parte inferior de la pierna. Estas botas se utilizan para personas con esguinces de tobillo, lesiones de tejidos blandos, fracturas o para quienes se recuperan de una operación de pie o pierna. Estas botas proporcionan apoyo al tobillo y a la pierna sin restringir la movilidad. Las botas ortopédicas para caminar son una gran opción para las personas que quieren mantener su movilidad y no quieren tener el pie o la pierna escayolados. Una vez que hayas aprendido a atarte la bota, sólo tienes que practicar la marcha.

Tira de un calcetín, muy suavemente, sobre el pie. Para evitar molestias, arrugue el calcetín e introduzca los dedos del pie en la parte de la punta del calcetín. Desenreda lentamente el calcetín tirando de él hacia arriba, como si te pusieras unas mallas o unas medias. Si tienes una lesión en el pie o en el tobillo, es posible que tengas que vendar el pie antes de ponerte el calcetín.

Abra la bota desatando las correas de velcro. La mayoría de los zapatos tienen entre dos y cinco correas de velcro, dependiendo de su lesión y de la estabilidad de su tobillo. Mantenga las correas de velcro hacia atrás con una mano para que la parte delantera de la bota esté completamente abierta.

Siéntese y coloque la bota detrás de la pierna.

Deslice el pie y el tobillo en la bota abierta. Desatando completamente las correas de velcro y tirando de ellas hacia atrás, puedes deslizar el pie dentro de la bota sin tener que doblar el pie o el tobillo.

Desata las correas de velcro de tu mano. Pase la primera correa de velcro (la más cercana a los dedos del pie) por el centro de la barra de plástico de sujeción del otro lado de la bota. A continuación, tira de la correa por encima de la barra y vuelve al otro lado. La correa debe estar lo suficientemente apretada para restringir el movimiento del pie y del tobillo, pero no demasiado para restringir la circulación.

Enrosque y apriete todas las correas de velcro de abajo hacia arriba. Levántate lentamente de la posición sentada y practica la marcha con el zapato. En lugar de caminar del talón a la punta, el pie rodará del talón a la punta. Muchos zapatos ortopédicos son redondeados para ayudar a que el pie ruede mejor. Camina por tu casa y sube y baja las escaleras hasta que te sientas cómodo con la bota.

Utiliza un bastón o una muleta para obtener más apoyo y aliviar el dolor. En el caso de las lesiones de pie, tobillo y pantorrilla, el bastón o la muleta deben estar en el lado opuesto a la lesión. Por ejemplo, si te has roto el pie derecho, sujeta el bastón con la mano izquierda o coloca la muleta bajo la axila izquierda. Una vez que te sientas cómodo caminando con la bota, puedes dejar de usar el bastón o la muleta, a menos que tu médico te recomiende que sigas usando uno.

Deja una respuesta