Un saludo tradicional de la India, la palabra “namaste” y el gesto de la mano que lo acompaña pueden no ser familiares para ti si eres nuevo en el yoga. Sin embargo, aunque la palabra pueda parecer bastante espiritual, es una parte importante de cualquier práctica de yoga. Al terminar la clase con la palabra y el gesto tradicionales, puedes llevarte las filosofías que hay detrás del yoga y los rituales que lo acompañan.
Traducción directa
Según el Yoga Journal, la traducción real de namaste se descompone en “nama”, que significa inclinación, “as”, que significa yo y luego “te”, que significa tú. Por lo tanto, la traducción directa de la palabra es “inclíname tú”, o “me inclino ante ti”.
Filosofía yóguica
En el yoga, namaste significa mucho más que “me inclino ante ti”. Se trata más bien de un reconocimiento de respeto mutuo. Según “The Women’s Health Big Book of Yoga”, el término está relacionado con la divinidad en el yoga, es decir, tu divinidad reconociendo la divinidad de los demás. Cuando haces el gesto de la mano y te inclinas al final de la clase, estás felicitando a tu instructor y a los demás estudiantes, porque estás reconociendo la divinidad de todos.
Técnica Namaste
El gesto de la mano para el namaste también tiene un significado específico. Cuando se juntan las manos en un gesto de oración tradicional, se colocan directamente en el centro del esternón, que se considera el chakra del corazón. A continuación, debes cerrar los ojos e inclinar la cabeza, mientras dices la palabra “namaste”. Este gesto pretende aumentar el flujo de amor divino, así como la entrega a lo divino en el corazón.
En clase
Verás que la mayoría de los instructores utilizan tanto el gesto como el discurso al final de la clase. El namasté puede utilizarse como catalizador para la meditación posterior o como forma de señalar el final de la clase y la gratitud mutua entre el profesor y el alumno. Al participar en este ritual, le haces saber a tu instructor que aprecias la práctica y dejas la clase en un estado de paz.
