Vinyasa contra Vinyasa

El término Vinyasa, que en su traducción más sencilla significa flujo, es un punto de confusión para muchos yoguis practicantes. Vinyasa puede referirse a una serie de posturas conocidas como saludos al sol que se utilizan para despertar la mente y el cuerpo. Las vinyasas, o saludos al sol, pueden utilizarse solas para una rutina de yoga corta, o añadirse al principio de las secuencias de yoga. Vinyasa también se refiere a un estilo de yoga que se centra en un flujo constante, uniforme y natural de una postura a la siguiente.

La práctica hace la perfección

Una vez que hayas aprendido a realizar las posturas de yoga correctamente, es bastante sencillo aprender a secuenciar las posturas de Vinyasa yoga. Si todavía estás en una etapa de tu práctica en la que necesitas referirte a las imágenes o a las instrucciones para las posturas, es mejor que elijas otra forma de yoga para practicar en casa o que continúes la práctica con un profesor en una clase, ya que hacer una pausa para referirse a una postura interrumpe el flujo que define la experiencia del Vinyasa yoga.

Un mundo de infinitas posibilidades

Con una amplia variedad de posturas, puedes crear tus propias secuencias de Binyasa yoga. Puedes eliminar ciertas series de yoga, pero no puedes cambiar el orden. Las series y el orden comienzan con los saludos al sol, seguidos de posturas de pie como el guerrero, la media luna, las flexiones laterales y el triángulo, luego las posturas de equilibrio, las flexiones hacia delante de pie, las flexiones hacia atrás, las posturas abdominales, las inversiones, los abridores de cadera, las flexiones hacia delante sentadas, las torsiones y las posturas para dormir, y terminan con savasana y posturas de meditación.

Una secuencia adecuada

Cuando crees tus secuencias de Vinyasa yoga, utiliza todas las series, siempre que tu práctica no dure más de 90 minutos. Además, aunque cada secuencia debe comenzar con los saludos al sol y terminar con la savasana, puedes optar por centrarte en una sola serie, repitiéndola varias veces, o seleccionar una variedad de series que te ayuden a centrarte en una zona concreta del cuerpo o en una necesidad emocional. Por ejemplo, las posturas de pie aumentan la energía y fortalecen las piernas, las posturas de equilibrio centran la mente y el cuerpo, las flexiones hacia delante y hacia atrás calman la mente, alivian el estrés y la depresión y alivian el dolor de espalda, las torsiones realinean la columna vertebral y estimulan los órganos internos, mientras que las posturas para dormir promueven la meditación. Merece la pena dedicar tiempo a investigar los beneficios de las posturas para ayudarte a elegir tu secuencia.

Flujo libre

Cuando elijas las posturas que vas a realizar en una serie, utiliza tu creatividad y tus conocimientos para armar las posturas como si fueran un rompecabezas, de modo que el flujo sea fácil y natural. Por ejemplo, el puente se convierte naturalmente en una rueda. La cobra es un calentamiento obvio para el grillo y/o el arco y el guerrero se convierte fácilmente en un triángulo y una flexión lateral extendida. Encontrar el flujo perfecto llevará tiempo, práctica y esfuerzo para investigar y aprender nuevas poses; sin embargo, es una parte gratificante de la creación de tus propias rutinas.

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