Hablar de meditación y visualización es hablar de un tema tan amplio que una generalización es casi imposible. Místicos y monjes, atletas y guerreros, terapeutas y profesionales de la salud, todos tienen sus propias opiniones sobre la meditación y la visualización y sobre cómo deben practicarse. Sin embargo, algunos principios generales se aplican a todos: la meditación y la visualización son ejercicios mentales con características y diferencias comunes.

Meditación

La meditación es un estado de profunda concentración. Hace que la mente se centre, que se concentre en un punto concreto. Al hacerlo, bloquea o calma el típico parloteo mental que la mayoría de la gente tiene constantemente en su mente. Los budistas se refieren a esto como la “mente de mono”, la mente que pasa de un tema a otro. La meditación es como darle al mono un plátano, darle un enfoque para que deje de saltar de un tema a otro. Ese enfoque puede ser la respiración, las sensaciones corporales, un mantra o un sonido. O el foco puede ser una imagen estática o en movimiento.

Visualización

Cuando el foco de una meditación es una imagen, la meditación se convierte en una visualización. La visualización es un tipo específico de meditación. La visualización se denomina a veces imágenes mentales o ensayos mentales. Puede adoptar la forma de una visualización visual o cinestésica. Si utilizas una visión cinestésica, creas en tu mente la experiencia de hacer algo. Puedes sentir las sensaciones en tu cuerpo. Puedes experimentar la acción y sus consecuencias con gran detalle en tu mente. Si se trata de una simple visualización, se está imaginando un escenario, otra persona o una secuencia de acontecimientos, algo fuera de uno mismo. La visualización puede ser tanto visual como kinestésica. Puedes visualizarte en un entorno y sentir el impacto de ese entorno en tu cuerpo y tu mente.

Una meditación que no es una visualización

Aunque la visualización es un tipo específico de meditación, no todas las meditaciones implican visualización. La meditación con mantras, por ejemplo, consiste en hacer que la mente se concentre en una palabra o frase, que se repite una y otra vez, ya sea en voz alta o en la mente. La meditación de la respiración consiste en mantener la mente centrada en la sensación de la respiración cuando entra y sale del cuerpo. Ambas meditaciones intentan despojar a la mente de la corriente continua de imágenes que fluye por ella. El objetivo de estas meditaciones es detener la visualización.

Usos de la visualización

La meditación de visualización, en cambio, cultiva las imágenes mentales. Los objetivos de estas visualizaciones son tan variados como las propias imágenes mentales. La visualización para la relajación puede incluir una imagen mental de un lugar relajante: un paisaje natural o un lugar donde uno se sienta seguro. La visualización para la curación puede incluir imágenes mentales del cuerpo atacando una enfermedad o de una luz curativa bañando el cuerpo. La visualización con fines religiosos puede incluir imágenes mentales de figuras religiosas importantes o del cielo o el infierno. La visualización con fines de entrenamiento deportivo suele ser kinestésica y consiste en ver y sentir cómo el cuerpo realiza perfectamente un movimiento específico del deporte.

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