El lóbulo frontal del cerebro se considera el centro de la personalidad y del funcionamiento emocional. Las funciones de los lóbulos frontales derecho e izquierdo del cerebro se solapan considerablemente. Ambos lóbulos intervienen en el comportamiento motor, la resolución de problemas, la memoria, el juicio, la toma de decisiones, el comportamiento sexual, el comportamiento social, el comportamiento emocional y el control de los impulsos.

Lateralización de la función

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Históricamente, desde la observación de Pierre Paul Broca en 1861 de que el hemisferio izquierdo del cerebro es el principal responsable del lenguaje y del comportamiento lingüístico, se pensaba que los lóbulos izquierdo y derecho eran asimétricos y podían especializarse en su funcionamiento. La investigación contemporánea muestra que ambos hemisferios están íntimamente involucrados en el lenguaje y la emoción, pero que puede haber una sutil lateralización de la función.

Funcionamiento emocional

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Los lóbulos frontales derecho e izquierdo pueden estar especializados en diferentes aspectos del funcionamiento emocional. Los daños en el lóbulo frontal derecho suelen provocar apatía e indiferencia al fracaso, en contraste con los daños en el hemisferio izquierdo, que se asocian a un aumento de la ansiedad.

Comunicación no verbal

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El lóbulo derecho puede estar más implicado en los aspectos no verbales de la comunicación. Por ejemplo, el lóbulo derecho participa en el reconocimiento de las emociones positivas y negativas en las expresiones faciales.

Interpretación de los estímulos auditivos

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El lóbulo derecho también puede estar implicado en el uso de señales auditivas como la entonación y la inflexión para interpretar las valencias emocionales de la tristeza, el miedo, la ira, etc.

Emociones negativas

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El lóbulo frontal derecho es más activo que el izquierdo durante las emociones negativas, y el hemisferio izquierdo es más activo durante las emociones positivas.

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